Detrás del sol, hay una luz más potente/donde todo comienza./Una luz que no se apagará nunca./Por eso los pájaros migran hacia ella/esos pájaros peregrinos del origen./

Así inicia la autora este canto, con el gorjeo de las aves que pueden rozar lo inasible; el límite entre el cielo y la tierra se difumina con el color del vuelo; esta luz que no se apaga es puerta que la autora abre para que nos animemos a vislumbrar lo sagrado. Ella misma ha explicado en reiteradas ocasiones que su proceso creativo sucede en cualquier momento, sin horario, simplemente sucede; portadora de un don inmarcesible, movida por pérdidas y desencuentros el poemario se impone a sus ojos, así como si nada.

La emoción es casi desmesura y abre un canal para que decanten los versos, su lenguaje es una partitura de sueños y no hay vuelta atrás. Imposible resistirse a la embriaguez , al virtuosismo de su inconfundible voz poética cuando Ella entra a su pupila y se arrodilla en el cajón de la memoria.

La belleza, el dolor, los hechizos, los duendes de la casa, los seres que ya no están, los trenes, los fantasmas que se abroquelan van tejiendo una trama que se consolida a medida que transcurren los ocasos, teñido el hilado de una áurea melancolía que impregna las palabras como la sed ante un manantial: Bebo esta sombra con gusto a sal/para que la sed sea solamente/una sed de sílabas, palabras,/poemas enraizados/en el punto exacto/donde termina el mundo.

La poeta recorre el bosque, nos abre cerrojos sin calendario, descifra las señales, escucha su ser entero y lo vuelca en el papel, va dejando las miguitas como lo hacían Hansel y Gretel, para que los lectores no equivoquen el camino de regreso.
Abre el corazón a la esperanza/ y acaricia su rostro para no morirse sola.

Susana transita los días, las estaciones, los instantes hurtados, a veces ajena de este mundo oscuro, se ensimisma en la poesía para liberarse y ser ella; cuando la noche ilumina, la naturaleza transita la invocación y se diluye la tristeza: Yo renazco en el centro de la vida.

Esta niña subterránea sabe de las sombras, pero siempre halla un reguero de luciérnagas para volver a nacer, porque de eso se trata: Hay una ráfaga suave/y con ella me deslizo/hacia el más inefable nacimiento.

Nos dice la sicoanalista Clarissa Pinkola Estés en su libro “Mujeres que corren con los lobos”: Se nos ha enseñado que a la muerte siempre le sigue más muerte. Simplemente no es así. La muerte siempre está en proceso de incubar nueva vida, aún cuando nuestra existencia haya sido cortada hasta los huesos.

Esta niña poeta hurga la vida a través de la sublimación de sus poemas, su oficio, su alma, su todo y aunque a veces se halle desamparada, regresa, siempre regresa a través de un canal maravilloso y se prodiga; es tan generosa que nos regala su mundo azul a los que estamos más limitados o perdidos, para que encontremos una salida a través de ella.

Susana es poesía y refugio.

Mirta Venezia

Ediciones el Mono Armado - 2023

“Realidad pura”. Una frase que puede parecer simple pero que no lo es al momento de crear un relato.
Susana Cattaneo Corona nos introduce en la realidad, una realidad que golpea y cala hondo. Un espejo presente en el que todos nos vemos reflejados.
La autora logra captar nuestra atención desde el primer cuento, desde el primer final sorpresivo que nos impide dejar de leer los siguientes relatos.
Sus personajes oscilan sin crear estereotipos ni ficciones: mujeres empoderadas, desquiciadas, golpeadas, rebeldes, únicas; Hombres  atormentados por su pasado, nostálgicos, asesinos, violentos.
Lugares y hechos comunes, el presente siempre, la pandemia, el ahora y toda la realidad abofeteando a través de cada personaje,  golpeando al lector con fuerza y sin tregua.
Relatos como “Ada”, “La loca”, “Gato”, “Sus dos vidas” nos confrontan con la crudeza de la vida humana en todas sus dimensiones.
Sin embargo, a pesar de esa cruda realidad, asoma la ternura, la calidez de cada situación, el final “feliz”, podríamos decir, de “Duna” que nos reconcilia con el día a día cotidiano.
Leer a Susana Cattaneo Corona no dista mucho de leer a Juan Rulfo con su escrito omnipresente, con su dialogo en primera persona, haciéndonos partícipes de la historia.
La autora, ya consagrada como tal, nos muestra otra faceta, otra arista de su talento.
No debemos desaprovechar su lectura. No seremos los mismos luego de leer estos relatos.

Liliana Varela

Ediciones el Mono Armado - 2022

Pantano de fuego deberá ser “puesto a salvo en una biblioteca” pues es un libro de gran valor escriturario. Un libro donde Susana Cattaneo Corona “baila sobre una violeta quebrada de rocío”. Ella, o tal vez otra u otros, esperan con pasos descalzos y nocturnos, llevan el destino en la palma de la mano, en “un verano amarillo”. Ella “espera a sus pájaros con los que va a escribir un catálogo de sueños”.
La autora trae elementos de lo cotidiano con reminiscencias del pasado: el armario de la cocina, vasos, platos, repasadores y además nos ofrece a “Febrero” como símbolo de amaneceres, amor y armonía. Ella abre una antigua valija a la que “un relámpago le resiste a las palabras de la muerte”.
Las personificaciones y sinestesias brillan en los poemas que son leídos con deleite. Hay un misterio que marca el dolor y el descanso del alma en “el sabor del silencio”.
En Pantano de fuego subyacen seres salvíficos y también los que son amenazantes.
Un “invierno interior”, la intemperie, una libertad sanadora junto al desamparo y la infinita soledad, transmutan, finalmente, hacia la Poesía y la vida.
Ella escribe los estanques, ondinas, elfos, una salamandra y céfiros que son testigos de un tiempo atrapado por el mismo tiempo,  ese que “ve cómo se alejan las horas que aún tiene por vivir”.
Cattaneo Corona juega con la especularidad, se sumerge en la infancia de esa niña subterránea que fuera protagonista de libros anteriores. Ella, la niña, es “la ajena”, la que piensa que la muerte tiene una puerta que “se abre”, “una adolescente que fue rehén del porvenir” y los “recuerdos se adhieren a los huesos”.
En Pantano de fuego crecen, en diciembre, “tilos sin raíces” y en ese lugar venden polvo de aire con agua bendita y, en una cajita, centímetros de tiempo”.
A la niña subterránea “el verano le crece en la boca y el tiempo es convertido en pájaro y papel”. El papel donde han sido escritos estos poemas que hoy nos brinda Susana Cattaneo Corona.
Pantano de fuego es como “un huracán que golpea desde adentro” y nos envuelve indefectible y magníficamente.

Graciela Licciardi

Enigma Editores - 2021

Estación de Intemperie es el lugar de lo desprotegido, lo sin cobijo. Allí las referencias visibles remiten a paisajes no intervenidos por la mano humana o apuntan a un pasado que se diluye en la nostalgia. Quebrada la línea temporal, los espacios sufren una transformación constante donde lo externo se amalgama con las complejidades interiores.
Susana Cattaneo se interna con audacia en esos territorios feéricos sólo con la certeza de la fidelidad a su voz poética. Una voz personalísima, guiada por lo que le dicta su sangre que “recorre laberintos, donde crecen, fornidos, minotauros de palabras”  Y surgen entonces nexos imposibles, referencias engañosas donde el alma-niña rescata canciones que “se cantaban hace siglos” o guarda “los desencantos en un terrón de azúcar.”
Las raras metamorfosis materiales se conjugan con las búsquedas espirituales de las que surgen hondas reflexiones sobre la finitud de todo lo creado . Sin embargo, se vislumbra, en paralelo, una esperanza trascendente: “Dime, también, que no has desistido en la búsqueda del Grial, que aún persigues las mariposas de tres alas…” le dice Susana a un tú que es ella misma. Luego de llegar a la última línea de Estación de Intemperie, sabemos que esa indagación trascendente está viva en esta obra y conserva plenamente su magia.

Leonor Calvera

Enigma Editores - 2019

“El pájaro feliz se posó en una rama fuerte y eterna para ti”

Susana Cattaneo instala su escritura poética en un paraje alejado, en donde prevalecen el agua y la vegetación. Desde allí, su aguda mirada contempla desde el poema inaugural las atrocidades, las ruinas, las muertes, las guerras. Con un tono de intensa intimidad y desazón, se des-ocultan la quebradura y la ceguera por medio de interrogantes atravesados por un constante miedo.
La Naturaleza de las flores y los pájaros serán los mensajeros de mitigar el dolor y las acechanzas. Sin embargo, el dolor del tiempo no se detiene; ya que todo continúa. Asimismo, las piedras destellan su luz y color; brindan la energía, el poder espiritual y la pureza que el yo lírico tanto anhela, pero desconfía de que lo alcanzará. Por consiguiente, la mujer de sol se mimetiza a la piedra, a la luz, a su pureza y a la emanación de su espíritu.
La mujer de sol se alumbra en el secreto de la noche, cita: “lleva calor cuando la nieve arde” (p….) Los pájaros son seres esenciales en este libro de poemas. Cantan sus plegarias y alcanzan el éxtasis ante el asombro del Universo y la salvación.
La niña juega con inocencia, la mujer ilumina el laberinto, busca la salida y así entonces, podrá volver a dibujar su sonrisa. La niña deshabitada quedará en el olvido porque los muertos ya no pueden nombrarse.
La muerte inerte derrota la ilusión, alejada del infinito. La Poesía es Eternidad. Cuando el yo lírico padece enfermedad y la nostalgia lastima su piel áspera, los peces le hacen guiños y la invitan a tomar el té. La poeta eleva sus ojos y ve el fondo de su vida.  Ella no quiere grietas peligrosas, ni octubres opacos. Sueña con las rondas: donde la unión con los otros se torna feliz y sin miedo.
Ahora, la mujer vive, disfruta, canta. Sin comprender.
El futuro es de miel y estopa. Una realidad insoslayable.
Es la mujer horizonte, mujer de sol, mujer grial y misterio.
Y en el encuentro con Dios…
Vivirás feliz.

Cristina Pizarro
Buenos Aires, 26 de marzo de 2018.

Ed. Vinciguerra - 2018

La trayectoria poética de Susana Cattáneo, es una demostración elocuente del factor creativo de un intelecto proverbial, aunado a una voz interior asumida desde la plenitud de una significativa sensibilidad.
En el anterior poemario: “Nostalgia de mí”,  Maria Amelia Diaz había subrayado la propuesta de esos magníficos poemas basados en la belleza y el dolor que se animan, se entrecruzan hilvanando historias de vida en un ámbito donde prima la melancolía y el virtuosismo forjador de singulares imágenes. 
De ahí que, no otro resultado encontramos en “De Bosque y Caminos”, sino la coherencia de ese arte evocador de Susana Cattáneo, que consagra lo que venimos destacando.
Es así como nos dirá nuestra poeta: “A veces, algo tiene que recordarnos lo que fuimos, lo que forjó en nosotros la poesía, la propia, la de otros”, preanunciando ese itinerario marcado a flor de piel, y la palabra que lo expresa con absoluta fidelidad a un lenguaje que fluye como un manantial profundo y transparente.
Surge así el afán de contemplar los días, los instantes furtivos, los pliegues incesantes de un mundo que nos parece ajeno, distante,  salpicado de tinieblas que también presagian la estación de la oscuridad como las hojas muertas.
Sin embargo, la noche se ilumina, y aunque sea por un breve lapso, el espíritu de la naturaleza y la magia de la invocación revierten el estado de tristeza.
Los seres amados que ya no están, vuelven, se hacen tangibles al desconocer su destino de sombra, están ahí, se los puede percibir más allá de toda extrañeza; pues la historia es un memorial del pasado que alumbra el presente.
Ahora, todo palpita en una dimensión que sobrevuela el encanto y el desencanto del tirano calendario. Ahora, son los nombres propios los que alcanzan el cénit del recuerdo en la palabra. Son lenguaje viviente, materia que otorga futuro al ocaso, porque en ese reverso de la existencia, hay motivos, situaciones, circunstancias, que nos permiten mantener la llama de la esperanza.
Susana Cattaneo, sabe que el reto de la vida es difícil, que las penumbras no ahorran horadar nuestro camino, que hay llantos y lejanías inevitables, pero aún así, hay una certeza que nos impulsa a abrir nuestros brazos al hermano, porque como dice nuestra querida y admirada poeta, “a pesar de todo en algún lugar, sigue naciendo la vida”.
Y ése es, finalmente, el objetivo de este poemario que nos conmueve, pues su recurso maravilloso no es otro, que el de transmitir los sentimientos a través de una belleza lírica que nos gratifica el alma.

DAVID ANTONIO SORBILLE

Ed. Vinciguerra - 2015

La filosofía  de la vida nos enseña que nuestro dolor no es sólo personal, que hay razones que no son individuales y también lo estructuran. Esto nos hace permeables a comprender en alguna medida el dolor ajeno, aprender de nuestra común experiencia .
Podríamos nominar a este nuevo trabajo de Susana Cattaneo como  una ascensión a la belleza a través de ese sufrimiento humano, porque “Esa nostalgia de mí” nos acerca la voz poética que mira la vida como si la viera en un espejo en el que se reconoce parte y extranjera a la vez y al hacerlo nos lleva a compartir  caminos  y memorias comunes que se sitúan en un “mundo lejos del mundo” en el que habita “aquella que eras tú cuando era yo”.
 "Estando tú mismo lleno de llagas, eres médico de otros", escribe Eurípides y esto es lo que hace la autora en  “Esa nostalgia de mí”, sana el alma por medio de la belleza, nos eleva desde la palabra que a través de la imagen precisa y la metáfora creativa le permiten sublimar el dolor, transformarlo en arte y ofrecernos su propia y compartida experiencia.
Se diría que después de leer este poemario se han recorrido esos lugares íntimos donde todos reconocemos nuestra propia imagen, imagen que  no olvida la esperanza alentada desde el poema  con su pequeña luz, rincón de la palabra  que va abriendo brechas en la oscuridad del espejo “Estaré aquí con él para esperar el verano” “Pero hay algo más allá de este abismo” son frases que alientan como una contrapartida.
Para Platón, la Belleza es una identificación final de la Verdad, la Bondad y el Amor. En su visión idealista del mundo y del hombre, nos marca la Belleza como meta y camino de perfección, camino que el dolor purifica.
Belleza y dolor  que se aúnan en este libro para entregarnos esta poesía tan vital y profunda.

MARÍA AMELIA DÍAZ

BUFANDA DE PÀJAROS

Hablar de “bufanda” y de “pájaros” anuncia una paradoja de protección y libertad. Me animaría a decir que es un modo de nombrar la poesía: como salvación que revela y como revolución libertaria. Libertad porque el poeta arranca las conexiones naturales de las cosas y las hace recrearse: volver a nacer. Es vacío de plenitud  como diría Lao Tsé, lugar guardado e inhóspito(...)
En esta “casa del ser” heideggeriana, Susana Cattaneo con su bufanda de pájaros entiende como la Farolera sostiene la luz a la altura de los cielos, o como la Pastora vigila su rebaño (...)
Libro sugestivo, de protección y vuelo que lleva a la zona de los significados indecibles, donde la poesía no sólo se escribe sino se vive como deseaba Lautreamont.

Sabemos que la interpretación infinita del poema anula los hechos para producir otro mundo de palabras donde los propios nombres llaman en la expresión de la autora. Entonces el poema recrea y reinterpreta el instante, la música que calla San Juan de la Cruz, lo que es tan duro como el silencio de los objetos y del propio interior. En un vaso de leche vive la espesura de cielos blancos a través del vidrio pero produce armonía. Y el mundo se vuelve fábula como decía Nietszche. 

MUSGO EN EL SOL

"Altísimo y despojado lenguaje de esta poeta, que desde Eliot a Saint-John Perse, a Neruda, se atreve con una delicada visión de la vida y de la muerte. Su orden sinfónico se estructura a través de dolorosas y bellas imágenes de una orfandad definitiva, el acoso del deterioro, la pérdida, la resurrección tan menguada como la propia vida, el alarido de los fugitivos, un idioma que se desplaza como una música terrible, una mueca de la adversidad. Su acercamiento a la poesía tiene limpieza, belleza y orden, como si las palabras fueran inexorablemente las únicas posibles, aquellas que día a día, noche a noche, expresan y definen una conmovedora forma de estar en el mundo. Poesía sabia y descarnada, lejos de la hojarasca del lenguaje, está señalando la presencia de una gran poeta. Necesaria poeta. Como las mariposas." EDNA POZZI

NIÑA SUBTERRÁNEA

"...En cada expresión de "Niña subterránea" el sentimiento se vale de lo metafórico para no mostrar abiertamente la agolpada sangre de sus irremediables heridas. Las imágenes líricas con su envoltura y sus voces se mezclan a esas otras voces que componen su asombro ante la disparidad en la que el ser humano debe abrirse paso.
En suma, esta obra representa la conjunción de la belleza en su pasmosa diversidad y la voz ahogada de un dolor entrañable".

MARÍA GRANATA

CASTALIA

Editado en 1971.
"Este libro es un mensaje de amor. Parece decir una llamada tal como el poeta romántico Leopardi cuando apunta: Me hallarás crestamente a cualquier hora / en que tus alas hacia mí despliegues".
Susana Cattaneo progresivamente se irá abriendo paso con su lámpara lírica en la mano. Personalmente, siempre me tendrá a su lado con mi impulso, aunque...sé que todo el triunfo será de ella, porque es un árbol que me gusta su follaje".
BLANCA IRURZUN

AFRODITA EN TU ALMA

Editado en 1964 cuando la autora terminaba sus estudios secundarios.
"La autora, de la más reciente promoción literaria, de un profundo sentimentalismo, profesa un respeto casi religioso por la poesía. Actualmente cursa estudios de sicología. Es autora de Ruth, Amor de campesina y otros ensayos. Su obra no tiene pretensiones filosóficas; sus versos tienen una arquitectura simple y sentida".
EDITORIAL STILCOGRAF