CLAUDE BER - FRANCIA Traducción: Yadi Maria Henao

EXILIO (fragmento)


                         
  
Yo te miro compañero de combate y en tu fuerza
pongo mi fuerza
y en tu obstinación la mía;
yo, tan débil en los pedregales cuando el día comienza y huye junto con la arena.
Hay que permanecer para vivir cuando tales circunstancias absorben tanta energía y atención,
pues esos son los sucesos raramente dichos, apenas nombrables,
sucesos esenciales que acontecen en el cuerpo
y por tanto en la memoria de los golpes y las heridas;
son, esos sucesos, explosión interna de la pérdida y del exilio.
Duelo sin fin, recomienzo del exilio que no es de ninguna parte,
salvo de esa lucha en sobresaltos y de ese grito contenido que dice palabras más allá de la tierra inhabitable.

Busco una casa que no sea una tumba ni prisión
Busco un movimiento que no sea fuga
Busco lo imposible: la paz en la que habitan los hombres
donde me acompañan el dolor, la locura y la muerte(...)

Mientras siga adelante se abre ante
mis ojos la puerta de esa casa donde he depositado los signos
[de mi historia
en su inextricable tejido de dolores y alegrías fulgurantes

mi casa donde por las largas ventanas floten los lienzos [del cielo en lo alto
hasta izar el pabellón de la esperanza
mi casa entre los míos que se han ido
yo sueño con esa casa donde las partidas serán promesas de
[un porvenir
ahora inexplorado y no exilio
sueño con esa casa ilusoria donde el tiempo detenido o pasado
en su asalto o arribo no será más recuerdo y anticipación de la muerte.


ELOGIO DE BABEL


Se escribe siempre de Babel, a partir de Babel y sobre Babel.
En el origen, hay una polifonía de nuestras voces interiores
contra nosotros mismos que a veces nos rompe.
La escritura se arraiga en esa Babel interior a la que responde
la Babel externa, el léxico sin límite del mundo, el alfabeto
jamás descifrado del cosmos, las variaciones infinitas de la
palabra humana que se repite en eco y a cada instante se reinventa.
Babel es una lengua innombrable de la cual cada uno de nosotros
no es más que una sílaba pronunciada en el espacio, un fragmento
de eternidad.

Busco a Babel, en su simbólica plural no guerrera, pero son ellas disociables? Toda palabra acerca de Babel no puede ser más que la espera o bien el llamado de la conciliación entre lo múltiple y lo
unitario, ese sueño de una diversidad sin conflicto, de una paz sin
uniformidad, de una regla sin norma bajo la tutela de la cual puede
hacer alianza la proliferación de los contrarios y la necesidad de
reconocimiento mutuo. Cada uno es un momento u otro de su vida, tiene
el deseo de una Babel reconciliada en ella y fuera de ella. En su más alta exigencia, ese deseo, debe venir de la esperanza, tarea a emprender... yo temo en la revancha cuando la necesidad de una unidad
se hace totalitaria, cuando lo peor de Babel le hace preferir estar fuera como observador.

Yo eludo los modos que sacrifican la Babel interna sobre el altar de la convención. Prefiero el balbuceo o bien la cacofonía de la palabra que se busca, a la ilusión de orden que dan las costumbres, por subversivas que puedan parecer. La palabra verdadera siempre desentona.

En suma, busco el riesgo y el peligro de Babel que es signo de nuestra humanidad.
 
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