Anne Sexton ESTADOS UNIDOS

EL SOL

Versión de José Gregorio Díaz y Reynaldo Pérez-Só.

He sabido de peces,
que saltan buscando sol,
y que se quedan ahí para siempre,
hombro a hombro-,
avenidas de peces que nunca se devuelven,
a los que les chuparán
todas sus manchas de orgullo y soledades.

Pienso en las moscas
que salen de sus cavernas inmundas
para allegarse a la arena.
Son transparentes al principio.
Luego se hacen azules con alas de cobre.
Brillan en las frentes de los hombres.
No siendo ni pájaros ni acróbatas,
se irán secando como pequeños zapatos negros.
Yo soy un ser igual.
Enferma por el frío o el olor de la casa,
me desnudo bajo la masa infinita.
Mi piel se aplasta como agua de mar.

Oh, ojo amarillo,
déjame enfermar con tu calor,
dame fiebre y arrúgame!
Ahora me he dado a ti completamente.
Soy tu hija, tu dulce,
tu sacerdote, tu boca y tu pájaro
y les contaré a todos cuentos tuyos
hasta que quede apartada para siempre,
un gris y delgado estandarte.


LOS BOMBARDEROS

Traducción de Jonio González y Jorge Ritter.


Nosotros somos América.
Somos los que rellenan los ataúdes.
Somos los tenderos de la muerte.
Los envolvemos como si fuesen coliflores.

La bomba se abre como una caja de zapatos.
¿Y el niño?
El niño decididamente no bosteza.
¿Y la mujer?
La mujer lava su corazón.
Se lo han arrancado
y se lo han quemado
y como último acto lo enjuaga en el río.
Este es el mercado de la muerte.

¿Dónde están tus méritos, América?



CUANDO UN HOMBRE ENTRA EN UNA MUJER

Versión de Beth Miller.

Cuando un hombre entra
en una mujer,
como el oleaje que muerde la orilla,
una y otra vez,
y la mujer abre la boca del placer
y sus dientes brillan
como el alfabeto,
Logos aparece ordeñando una estrella,
y el hombre
dentro de la mujer
hace un nido,
para que nunca más estén separados
y la mujer
sube a una flor
y Logos aparece
y desata los ríos.


Este hombre,
esta mujer
con su doble hambre,
han procurado penetrar
la cortina de Dios,
lo cual brevemente
han logrado
aunque Dios
en su perversidad
deshace el nudo.


DESEANDO MORIR

Traducción de Jonio González y Jorge Ritter.

Ahora que lo preguntas, la mayor parte de los días no consigo recordar.
Camino vestida, sin marcas de ese viaje.
Luego la casi innombrable lascivia regresa.

Ni siquiera entonces tengo nada contra la vida.
Conozco bien las hojas de hierba que mencionas,
los muebles que has puesto al sol.

Pero los suicidas poseen un lenguaje especial.
Al igual que carpinteros, quieren saber qué
herramientas.
Nunca preguntan por qué construir.

En dos ocasiones me he expresado con tanta sencillez,
he poseído al enemigo, comido al enemigo,
he aceptado su destreza, su magia.

De este modo, grave y pensativa,
más tibia que el aceite o el agua,
he descansado, babeando por el agujero de mi boca.

No se me ocurrió exponer mi cuerpo a la aguja.
Ni siquiera estaban la córnea y la orina sobrante.
Los suicidas ya han traicionado el cuerpo.

Nacidos sin vida, no siempre mueren,
pero deslumbrados, no pueden olvidar una droga tan dulce
que incluso los niños mirarían con una sonrisa.
¡Empujar toda esa vida bajo tu lengua!
que, por sí misma, se convierte en una pasión.

Es la muerte un hueso triste, lleno de golpes, se diría,
y a pesar de todo ella me espera, año tras año,
para reparar delicadamente una vieja herida,
para liberar mi aliento de su prisión dañina.

Balanceándose, así se encuentran a veces los suicidas,
rabiosos ante el fruto, una luna inflada,
abandonando el pan que confundieron con un beso,
dejando la página del libro abierta al azar,
algo sin decir, el teléfono descolgado
y el amor, lo que quiera que haya sido, una infección.


Anne Sexton. Nació en Massachussetts en 1928. Tuvo varias internaciones en clínicas psiquiátricas. Recibió en 1967 el premio Pulitzer por el libro "Live or die". Entre otras obras publicó: To Bedlam and Part Way Back (1960). All My Pretty Ones (1962). Love Poems (1969). The Death Notebooks (1974). Fue profesora de la universidad de Boston desde 1964.
Sexton se suicidó el 4 de octubre en 1974 con monóxido de carbono (CO2) al ingresar al garage de su casa y encender su auto.

 
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